Asesinato en Bienservida (1841?)


Bienservida.

Bienservida. Mayo de 2022.

      El diario El Correo nacional (Madrid) publica el 7 de enero de 1842 en su página 2 noticias procedentes de Bienservida sobre un asesinato sucedido probablemente a finales de 1841. Como se explicará, bien pudiera tratarse de la misma persona que 21 años antes la había emprendido a sogazos en la plaza y perseguido navaja en mano a un vecino con ánimo de apuñalarlo, según nos relata Francisco Gómez García “Frasquito”, en La Tribuna de Albacete N.º 7.108 del 1-8-2004 pg.32 “Francisco Balero , El repartidor de leña (Bienservida 1820)”.

      Los hechos fueron más o menos así:

      Una noche de las navidades de 1841 (en la noticia no se da la fecha exacta, sino que se hace referencia a “una de las últimas noches” por lo que sería a finales de diciembre de 1841 o muy a principios del año siguiente), tuvo lugar en Bienservida un suceso que costó la vida al molinero Pedro Marín (apodado Patas podridas). Bienservida tenía por entonces unos 950 habitantes y es fácil imaginar cómo se vería alterada la vida del pueblo por este hecho.

      Eran las siete de la tarde de aquel día cuando Pedro Marín había invitado a algunos vecinos suyos en la taberna del pueblo. En eso, apareció por allí Francisco Valero, vecino con fama de “aficionado a la bebida y pendenciero” y se sintió ofendido porque consideró que él también debería haber sido invitado. Bebió “lo que le pareció” y tras amenazar a Pedro Marín se retiró ofuscado.

      Poco después salió Pedro Marín de la taberna y los demás clientes, temiéndose que Francisco Valero se enfrentase con Pedro Marín, “salieron por diferentes rumbos, y en un rincón de las afueras del pueblo hallaron al Marín que todavía respiraba, con la mandíbula inferior magullada al parecer con una piedra, degollado casi del todo, y vertiendo torrentes de sangre por unas diez heridas que tenía en el cuerpo, en los muslos y en los brazos”. Finalmente, Pedro Marín murió por la gravedad de las heridas.

      Francisco Valero, lejos de huir, se retiró a su casa tranquilamente y se acostó. Allí fue encontrado en su cama y se le detuvo. Al ser prendido, Francisco Valero alegó excusas poco creíbles: “confesó según cuentan, que bien á pesar suyo habia muerto al Marin, que había sido el agresor, como pretendía acreditarlo por una herida que manifestó en una pierna ; pero comunmente tiénese esta por una superchería del asesino , puesto que no se halló ninguna otra arma mas de una enorme navaja que se reconoció judicialmente por suya, y adrede la había dejado junto al cadáver”.

      En el texto de la noticia se da a entender que por estar emparentado con los más pudientes de Bienservida en aquella época, había dudas sobre si el peso de la justicia recaería esta vez sobre Francisco: “El asesino pasó ya al juzgado de primera instancia. Sino es de los mas acomodados, tiene cuando menos relaciones de parentesco con los mas principales, diciéndose ahora que por tales conexiones se ha libertado de las penas que merecía por otros crímenes anteriores.

Navaja del Siglo XIX. Museo de la Cuchillería de Albacete.
Navaja del Siglo XIX
(Twitter del Ayuntamiento de Albacete https://twitter.com/aytoalbacete/status/990833151466442752
a partir de Imagen cedida por el Museo Municipal de la Cuchillería de Albacete)


      Tenemos razones para pensar que el Francisco Valero a que se refiere esta noticia era la misma persona que, protagoniza los hechos que relata Francisco Gómez García “Frasquito”, en La Tribuna de Albacete N.º 7.108 del 1-8-2004 pg.32 “Francisco Balero , El repartidor de leña (Bienservida 1820)”, después transcrito en las obras “Bienservida 1793-1910 Conciliaciones, cerrazones y otros aconteceres del XIX” del propio autor y en “Bienservida en sus documentos”.

      Francisco Valero había provocado en 1820, a sus 22 años unos incidentes en la plaza de Bienservida, liándose a sogazos con una mujer (la dueña de la soga) y a algún otro que pasaba por allí y persiguiendo navaja en mano y tratando de apuñalar a quien quiso mediar en el conflicto, todo por una soga. Por tanto, el calificativo de pendenciero es aplicable a ambos.

      En la referencia de 1820 se dice que Francisco Valero era sobrino de Leoncio Garrido, por tanto nieto de Gregorio Valero. Gregorio Valero era en tiempos del Catastro del Marqués de la Ensenada (70 años antes) el mayor hacendado de Bienservida, con 18 criados, 4 casas, 3 pares de bueyes de labor, con los que labraba las más de 100 has. de su propiedad, 18 cabezas de vacuno, 9 yeguas, 9 pollinos, 100 cerdos, 120 cabras, 380 ovejas (más 260 que tenía en arrendamiento), etc. Es fácil imaginar la influencia que esta familia ejercía en aquella época sobre la justicia y la administración en el pueblo.

      También en la noticia de 1842 se explica que el parentesco de Francisco Valero con “los más principales”, en otras ocasiones le ha servido para escapar de la justicia.

      En efecto, si se trata de la misma persona, por los hechos de 1820, donde agrede, persigue navaja en mano e incluso intenta apuñalar a algún vecino, la pena que se le aplica es mínima: "Por el mal proceder, poca reflexión y funesto modo de actuar, le impongo a Francisco Balero el pago de todas las costas procesales y del gasto de papel sello, apercibiéndole de que en lo sucesivo no manifieste ideas o equivocaciones con las que pueda comprometer el buen ánimo entre sus conciudadanos sin suscitar con calor disputas que puedan turbar la tranquilidad de la población".

      No sabemos si en esta ocasión, con un asesinato por medio, Francisco Valero pudo escapar una vez más del peso de la ley aprovechándose de sus lazos familiares.

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