Entrevista a una bienservideña centenaria (Reus, 1961)


      En junio de 1961, se celebró en Reus un Homenaje a los mayores de la localidad (lo que entonces llamaban Homenaje Local a la Vejez). Se agasajó a setenta personas mayores de Reus, con la presencia de diversas autoridades locales. Entre los homenajeados se encontraba una bienservideña que por entonces vivía en Reus y que estaba a punto de cumplir 101 años. Se trataba de Juana Montañés Albal.

      Con este motivo fue entrevistada en un semanario local y a lo largo del texto se destaca la buena salud física y mental de Juana, a pesar de una larga vida de austeridad y sacrificios, su buen humor y la importancia que daba a la vida familiar.

      A continuación transcribimos el texto de la entrevista, publicada en el Semanario Reus el 10 de junio de 1961:

Semanario Reus 10/6/1961
Semanario Reus 10/6/1961

      

Habla una centenaria: Juana Montañés

      La maravillosa fiesta de Homenajes a la Vejez nos ha deparado la oportunidad de conocer y hablar con una centenaria. La visitamos en su casa de la calle de la Concepción, núm. 10. El próximo día 24 cumplirá 101 años.

      —¿Cómo se llama Vd.?

      —Nací el día de San Juan y me llamo Juana; mi madre también se llamaba así. Mi padre se llamaba Gregorio Montañés.

      —¿De dónde es Vd.?

      —De Bienservida— allá en Albacete, aclara su nieta.

      El efecto que nos ha causado su presencia menuda, ha sido primero de sorpresa y admiración, luego de cierta envidia. Sorpresa, por lo bien que se encuentra, aparte los naturales achaques, v un poquitin de envidia porque no creemos poder llegar a su edad. Tiene en su decir, de una suave perfección lingüística, aquel deje que tantas veces hemos saboreado en los buenos libros. Con cuanta dulzura dijo:

      — «Dios, se lo pague a las zagalas», refiriéndose a las dos muchachas que la acompañaron a misa en su Homenaje. No miréis atrás que caeremos», amonestó a sus madrinas durante el paseo.

      Vive aquí en Reus con una nieta casada, familiares y varios biznietos.

      —Mire Vd. señor, —nos dijo— me casé a los 18 años. Era muv feliz con mi marido y mis hijos, pero éramos muy pobres. El ya hace 33 años que murió, lo bueno que fue conmigo, nunca lo podré olvidar.

      Nos relata lo que era en aquellos tiempos la vida de su pueblo; durísima. Los sinsabores sólo los disipaban los hijos, aunque parezca una contradicción:

      —Tuve ocho hijos, de los que sólo viven cuatro.

      Hace diez años que vino de su pueblo natal. Pero cuando hacía unos cinco años que estaba aquí, regresó a Bienservida, parque le daba la Impresión de que tenía que morirse:

      —Me fui a los pocos años de venir de mi Bienservida, porque creo que San Pedro al pasar lista a los de mi pueblo y no encontrarme debió suponer que ya estaba con él en el cielo. Pero en vista de que tampoco quiso llevarme, decidí volver a Cataluña.

Imagen del acto de homenaje. Semanario Reus, 10/6/1961
Imagen del acto de homenaje. Semanario Reus, 10/6/1961
Haga clic para ampliar

      Debemos aclarar que es entre Dosaigües y Reus donde ha pasado estos 10 años. Allí en Dosaigües tiene un hijo. A nuestra pregunta de en donde prefiere residir si en el ambiente sano y saludable de Dosaigües o aquí en la ciudad de Reus. Respondió:

      —Tanto mi nieta como mi hijo y todos sus familiares son muy buenos, me quieren mucho.

      A falta de algún sentido corporal, tiene en cambio un delicioso sentido del humor. Véanlo:

      —Lo que siento es que mis dedos ya no me responden. Tanto que me gustaría ayudar a mi nieto a pelar pollos. Y a cortar crestas a los gallos...

      El trabajo ha sido la fuente de su longevidad. Siempre tuvo en él a su mejor aliado, y no es ningún disparate afirmar que junto con la sobriedad de costumbres y comidas aquel hizo el milagro de tan extraordinaria edad.

      Nos cuenta su nieta que en cierta ocasión intentó darle pan blando, por su edad. Lo rehusó:

      —Gracias a Dios mis dientes son fuertes y sanos como en mi mocedad —le replicó—.

      Asi es. en efecto. Sus dientes, todos y perfectos, permiten a la anciana comer de todo y mucho.

      —Estamos satisfechos porque no es ningún problema en cuanto a la comida y a la bebida. Por cierto es muy buena catadora de vinos:

      —Por el vino prefiero estar en Dosaigües —dice riéndose—.

      Al despedirnos de la abuela, nos dijo:

      —Yo a Vd. no le conozco, pero diga a aquellos señores de la Fiesta del domingo que son muy buenos y que Dios se lo pagará.

      Estrechamos La mano de tan solemne viejecita, no sin sentir dentro del corazón una profunda admiración hacia ella y hacia quienes tan bien la cuidan:

      —Para nosotros es un orgullo tenerla —afirmó su nieta—.

      —¿Cobrarán de su retiro?

      —Pues no señor, aunque, en honor a la verdad, hemos de decir que ya se han iniciado gestiones cerca del señor Gobernador de la Provincia a fin que podamos recibir un poco de ayuda.

      Su título de centenaria, bien lo merece.

      El próximo día 24 es su cumpleaños y su onomástica. ¿Por qué entre todos los lectores y conciudadanos no procuramos regalarle en aquel día un aparato auditivo, que ella ni sabe existe, como obsequio de la ciudad a una persona centenaria?

      La idea queda lanzada.

FRANCISCO BOQUERAS.



Fuente: https://xacpremsa.cultura.gencat.cat/pandora/viewer.vm?id=0001153775&page=1&search=&lang=ca&view=premsa


Volver al principio
Volver a Bienservida sanoynatural


Puedes dejar tu mensaje